Telecinco, Pablo Herreros y el poder ciudadano en Internet

Pablo Herrreros, Telecinco La Noria

Pablo Herrreros, Telecinco La Noria

¡Cuánta falta hacen buenas noticias en estos tiempos! Y ayer todos los que hemos seguido el caso de Pablo Herreros nos llevamos una alegría, al conocer que Telecinco retira la querella contra este bloguero.  Buenas noticias para él, para la cadena de televisión–que por fin rectificó lo que a todas luces era un sin sentido–, pero sobre todo buenas noticias para el ciberactivismo.

Es otro ejemplo del poder de Internet para aglutinar voluntades, compartir causas, luchar por ellas, y como en este caso, lograr un cambio de tornas.  Esa voluntad que se fortalece, se agrupa y se organiza desde la red y que logra movilizar, interesar, cautivar y afortunadamente, «cambiar»  el statu quo.  Un varapalo al  inmovilismo y las viejas formas y un espaldarazo para el poder de lo colectivo.   Ejemplos hay muchos: la primavera árabe se gestó a través de los blogs, Internet y redes sociales, el 15M, el 25S y tantos otros movimientos que veremos en el futuro.

En el caso de Pablo Herreros, 160.000 personas firmamos la petición de Change.org y muchos otros internautas generaron una verdadera tormenta de opinión crítica en Internet sobre la querella de Telecinco contra Pablo Herreros, a través de Twitter, Facebook  y otras redes sociales.  Internet hizo que miles de personas sintiéramos la causa de Pablo Herreros como nuestra.

Considero que la imputación de Pablo Herreros sentaba un peligroso precedente: el que una gran empresa quiera acallar a punta de garrote legal una voz crítica de un ciudadano en un asunto tan poco ético como el que una cadena televisiva pague a familiares de criminales por una “exclusiva”.

Flaco favor se hizo Mediaset a sí misma al recuperar un año después un tema que había quedado olvidado y salir con una querella que no hizo otra cosa más que revivir y aumentar la indignación de los ciudadanos que veían en este caso el símil de David contra Goliat (con la querella, más bien sería Goliat contra David).

Ahora bien, analicemos el acuerdo alcanzado entre Pablo Herreros y Mediaset. La redacción del comunicado deja claro que Mediaset retira la querella porque Pablo Herreros reconoce algo que reconocería cualquiera en su sano juicio: que los anunciantes no son responsables de los contenidos ni de los actos de los medios de comunicación en los que publicitan sus productos.

Hasta allí ninguna objeción. Pero no es menos cierto que los consumidores también somos libres de no comprar los productos que tengan estándares éticos que no compartimos (como marcas que se anuncian con criterios periodísticos poco éticos). Y allí está el meollo del asunto: los anunciantes empezaron a ver cómo se caldeaban los ánimos en Internet, que sus clientes y potenciales clientes no estaban de acuerdo con lo sucedido.

Una marca inteligente y que busca engagement con sus clientes no puede ser, como diría Shakira, «ciega, sorda y muda» y mucho menos torpe y testaruda.  Tiene que ver y escuchar lo que dice su público. Así, vimos cómo algunos anunciantes como Trivago (más acostumbrada a relacionarse con su público en la red)  retiraron la publicidad de La Noria (ahora relanzado en el Gran Debate, con mismo formato y mismo presentador) y otras  empezaron a presionar a Telecinco para que solucionara cuanto antes el tema.

Lo sucedido debería sentar un precedente y es que los medios de comunicación se lo pensarán dos veces antes de tomar decisiones poco éticas o que den pie a la crítica social, escucharán más y no estarán en las redes sociales sólo porque “se lleva”. No quiero pecar de ilusa, pero eso es lo que debería pasar.   Veremos qué es lo que en realidad sucede.

Cuando uno está en Internet, lo está con sus dulzuras y sus amarguras, y esta es una lección que están aprendiendo todos los medios de comunicación y no únicamente Telecinco y Mediaset.  Si yo estuviera al frente de esta cadena,  intentaría lavar la cara, pero no dando carpetazo al asunto, sino liderando una auto-regulación en los medios de información sobre las mejores prácticas periodísticas dando un claro mensaje de “no vale todo” para ganar una exclusiva.

Finalmente, quiero recuperar una frase del post de ayer de Pablo Herreros en relación con el activismo online: «Internet es el pegamento que nos permite a todos unirnos para cambiar el mundo».

Diana Campos Candanedo. Encuéntrame en

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Bienvenid@s a Statu quo

Desde hace tiempo tengo la sensación de que nos encontramos en un momento trascendental, uno de esos episodios en el que se escribe la historia, especialmente en el que–de momento– se conoce como “primer mundo. Muchas cosas están dando “la vuelta” y el que parecía un paraíso de prosperidad y bienestar inagotable, se resquebraja, se debilita y se replantea.

En este escenario he decidido escribir este blog y lo he bautizado con un nombre que para algunos podría sonar un poco antipático.  Statu quo, que en latín significa “estado de las cosas”.   Quiero a través de este espacio mostrar claves y puntos de vista sobre el momento que nos toca vivir, reflexiones sobre sobre los temas que nos preocupan  y los que deberían preocuparnos en estos tiempos de cambio.

Aunque soy periodista de profesión, no busco relatar los hechos (para eso están los medios de comunicación).  No obstante, sí escribiré sobre los temas que están en algunas portadas, sobre todo ahora que la economía centra el debate y en algunos casos también la debacle.

Vamos a hablar de España, de Europa y por qué no, también un poco del mundo.  Reflexionaremos sobre los temas de hoy vistos también desde la óptica de un ciudadano de a pie (como lo soy yo misma), al que parece que las cifras le abruman, pero que sufre cada día los efectos de esta crisis.

Quiero desgranar y analizar la actualidad;  mostrar el rostro humano de esta crisis que ataca al país y a Europa, pero sobre todo a personas con nombres, apellidos y muchos problemas.  Utilizaré un lenguaje coloquial y cercano para poner en perspectiva lo que vemos y en algunos casos lo que no vemos o no queremos ver.

Si después de leer alguno de mis posts, os sentís con más argumentos y claves para entender la actualidad o si encontráis un nuevo enfoque sobre un tema que os preocupa, entonces este espacio habrá cumplido su cometido.  Bienvenid@s a Statu quo.  Os invito a opinar, debatir, compartir y escribir, si así lo queréis.

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